Torre de Roche: el faro que da luz a nuestra costa

Hoy terminamos nuestro homenaje dedicado a las torres vigías situadas en la costa conileña presentando la Torre de Roche, hoy día El Faro de Roche. Como la Torre de Castilnovo, la Torre de la Atalaya y la Torre del Puerco, fue mandada contruir por Felipe II en el siglo XVI con el objetivo de defender la costa de ataques piratas y con la misión de vigilar la almadraba. Su construcción se realizó entre 1500 y 1599, conservándose en buen estado desde entonces hasta 1986, cuando fue restaurada y convertida en faro para la navegación.

El Faro de Roche está situado sobre el Cabo que lleva su mismo nombre, en un enclave natural privilegiado: entre el mar y el pinar. Desde el faro se pueden contemplar unas vistas espectaculares, probablemente de las más abiertas y amplias de nuestro entorno. Así, si nos situamos delante podemos observar el puerto pesquero de Conil, los acantilados y sus playas, como la Cala del Aceite, la Cala del Puntalejos, la Fuente del Gallo y el resto de playas de Conil y de El Palmar, hasta llegar al Faro de Trafalgar. Tal es su alcance visual que en días despejados incluso se puede divisar la costa marroquí, algo que es bastante habitual. Situados con el mar de espaldas a la izquierda se abre paso un sendero que bordea el acantilado cuya bajada nos lleva a descubrir una serie de calas salvajes de una gran belleza. A la derecha, la bajada al puerto pesquero a un lado y, al otro, la desembocadura del Río Roche y el bosque de pinos.

Si estás en Conil, es muy recomendable su visita. Si te gusta la naturaleza, montar en bicicleta o hacer senderismo, puedes iniciar tu ruta de unos 7 km desde el pueblo, haciendo tramos por la playa, otros por el acantilado, hasta llegar al faro. Luego allí puedes hacer unas fotos de las maravillosas vistas, pasear por el acantilado y bajar a sus calas o bien adentrarte en el pinar y hacer diferentes rutas bordeando el río y disfrutando de los distintos tonos de verde que decoran la zona, del olor de los pinos, enebros, lentiscos durante un paseo muy agradable y de poca dificultad.

Un pequeño truco conileño: cuando hace fuerte viento de levante y es un poco molesto estar en una playa abierta, ir a una de las calas de Roche puede ser la solución, ya que están protegidas del viento.

Basado en:http://www.castillosnet.org/espana/informacion.php?ref=CA-CAS-059

Fuente gráfica: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Faro_de_Cabo_Roche_1294.jpg